lunes, 12 de abril de 2010

Paciencia

Si hay algo que no entiendas, guárdalo en tu corazón y tarde o temprano, la respuesta llegará sola". Esto lo aprendí de las virtudes marianas y casi sin darme cuenta, lo practico todo el tiempo. Desde el tema más denso hasta el más insignificante, continuamente obtengo el mismo resultado.

Hoy, al tomar mis cosas para salir de la oficina, vi en el piso y en la silla residuos amarillos. Pensé que era comida, pero al tocarlos se sentian más suaves. Asumí que era papel, aunque sabía que no lo era, pero bueno, llevaba prisa y no me detuve a fijarme (de haberlo hecho, hubiera sido fácil descubrirlo). En lugar de eso seguí mi actividad, suponiendo que la duda no duraría mucho.

Hacia mi casa, cerca de ella, caminaba con la vista en el suelo (común). No me detuve, pero vi los mismos residuos amarillos en el piso y dado que estaban coherentemente ahí (en la calle y no en una oficina), mi lógica hizo la conexión necesaria que se confirmó al levantar la vista y divisar más adelante el árbol con un toque de hojas amarillas.

Plash, plop, catapún (es decir, imágenes)... La mañana de hoy el cielo decidió caerse, así que salí con mi paraguas y caminé por el camellón en el que todos los días, desde que mi rodilla no funciona, me detengo a parar un taxi para que me lleve al trabajo. Claro, traía el paraguas y pues bueno, soy yo... Digamos que no recordé muy bien que con dicho artefacto soy más alta y los árboles más bajos, entonces medio me atoré y asumo que despegué algunas de las hojas amarillentas que se hicieron huéspedes de mi paraguas y mi ropa.

Lo demás de la historia, sale sobrando...

"...tarde o temprano, la respuesta llegará sola"...Me encanta que pasen estas cosas.

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