lunes, 22 de noviembre de 2010

Para hoy, cuando veas tu correo

Cuando las mamás de mis amigas dictaban a sus hijas las compañías que debían tener, tú, en mi inmadurez, me dejaste elegirlas sola.

Mientras las otras cumplían su sueño de estar en el grupo de baile más popular de la secundaria, el que sabías de buena fuente que estaba lleno de peligros, tú me llevaste fuera de la ciudad el día de la audición final, así, a la fuerza y sin explicarme los horrores que conocías pero que no le hacía bien saber a una niña de 13 años. Me dijiste solamente “un día me lo vas a agradecer”.

Te vi sufrir, te vi llorar algunas veces, pero nunca me revelaste más de lo que yo debía saber. Supiste darme sólo el papel de hija y no el de una confidente, cuando así debía ser.

Encontraste los argumentos más simples y perfectos para motivarme a presentar ese examen de admisión y cuando todo salió bien, fuiste tan valiente como para seguir apoyando la idea.

Cuando quise irme de casa, a pesar de tu dolor dijiste “sí”. Te rompiste una pierna, te hiciste un esguince en el brazo, pero al final lo logramos.

Me creíste, me dejaste, me confiaste.

Mientras lloraba y con todas mis fuerzas quise disimularlo para que no preguntaras, fingiste no darte cuenta, como si no reconocieras mis ojos de lágrimas aun mojados cinco horas antes de verte.

Cuando dije “no quiero hablar” callaste y esperaste pacientemente durante meses con tu corazón lleno de preocupación.

Cuando quise hablar, me abrazaste muy fuerte y en tus brazos me sentí protegida.

Sabes ganarte a mis amigos.

Cuando quise irme a otro continente entraste a clases de computación. Aprendiste a usar el Messenger y el Facebook.

Mientras las mamás de otros me regañan, tú confías en mi criterio y, preocupada, haces de tripas corazón y me das la libertad.

Dices “gracias” y “cabrona” cuando lo merezco.

Casi me obligas a comprarme ropa.

Haces que brote de mí la mejor persona que puedo ser.

lunes, 4 de octubre de 2010

En Tlahuitoltepec, ¿qué queremos mirar? Esto fue lo que mis ojos constataron

Este texto me lo mandó una amiga que trabaja con comunidades indígenas en Oaxaca. Lo escribió una amiga suya de Tlahutoltepec que fue para allá, vio y regresó para dar fe de la situación real que vive el pueblo de Tlahui. Consorcio, donde ella colabora, es una organización que tiene muchos años trabajando en la zona Mixe, especialmente en Tlahui, donde mi amiga trabajó con ella. No sé cuántas muertes haya realmente, pero lo cierto es que sí se necesita mucho apoyo. Les copio el texto tal y como lo recibí y también les paso los datos de Consorcio, por si alguien quiere hacer donativos:

Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca A.C.
Tercera cerrada de Alcalá 101 C
Colonia Díaz Ordaz, Oaxaca
Oaxaca, México. C.P. 68040
Tel. 01 951 1328996


EN TLAHUITOLTEPEC, ¿QUÉ QUEREMOS MIRAR? ESTO FUE LO QUE MIS OJOS CONSTATARON.

29-30 sept. Casi llegando a albarradas, nos topamos con alguien de la Semarnat en el camino y ante nuestra pregunta evidente respondió: Ah sí, yo vengo de Tlahui. No pasó lo que se decía y ya está bien el camino. Entonces mi alma regresó a mi cuerpo y, pensé: Entonces vayamos tranquilos que esta ayuda tiene que llegar, estos víveres y ropas que amorosamente ha donado la gente en la ciudad debe llegar a su destino, ya está garantizado que el camino está abierto, ya lo dijo una institución, es una voz creíble.

Seguimos andando en nuestra camioneta, nuestro casi hermano conductor, el Ori, teresita, mi sobrina y yo. Siempre sintiendo tan cercano el acompañamiento de nuestras compañeras de Consorcio y con la fortaleza que nos han enviado nuestros conocidos/as, amigas y amigos, personas que alguna vez cruzaron camino con nuestras ideas y acciones en algún espacio de esta tierra donde siempre hay instantes para coincidir.

Entonces ante nuestros ojos se hacía presente esa realidad, que tanto anhelaba constatar nuestros ojos para ya no mirar solo medios o escuchar sólo versiones. Ahí está la enorme piedra que trataron de hacer a un lado para que al raz pasara alguna pequeña camioneta. Por aquí se sumió la carretera. Aquí el lodazal tapó el camino. Aquí el arroyo es un río. Aquí la vegetación es desierta. Aquí hay algunas maquinas trabajando. Aquí hay almas penando. El acceso no es nada de lo que me ha dicho el de la institución, y así tengo que seguir creyendo que mi pueblo está bien y que todo fue “una exageración” como tanto se ha repetido en lo mediático.

Mi esperanza quedaba, muy en el fondo de mi corazón, aunque en ocasiones se esfumaba, cuando la realizad colocaba lo evidente ante nuestros ojos. De repente se acaban las palabras y no sé que más decir.

Fuimos esquivando lo que pudimos, fuimos saludando a los conductores que trataban de abrir los caminos y cuando ya casi cantábamos Gloria por llegar, se cayó en panteón. Se cayó la carretera del panteón de Tamazulapam, No pueden pasar. Y como siempre dicen de lo peor hay que ver lo mejor. Nos pudimos unir a una caravana de camionetas que iban para el mismo fin, unos que venían de organizaciones, otros de colonias populares, otros por ser paisanos de la localidad, otros más familiares, y así en una caravana tomamos la ruta alterna para llegar al fin a la tan anhelada tierra.

Cuando regresamos al camino principal, camionetas de éxodo miraron mis ojos y de nuevo regresó la angustia. Entonces no todo está bien en mi pueblo, entonces es fuerte para orillar a la gente que salga de su lugar. Seguimos avanzando, pudimos pasar el primer derrumbe que por alguna vez imposibilitó el acceso a Tlahui. Estamos cerca, pero ahora hay que dar vuelta por el santuario. Y ahí en Santa Ana, ya miré un espacio de concentración, alguna ropa mojada colgada en las ramas de los arbustos, rostros de desesperanza, algún que otra colchoneta que empezaban a repartir.

Entonces se me acerca una señora y me dice: para dónde vas, quién es tu familia y le di el nombre de mi madre y me dijo tranquilízate ella está bien. Nosotros aquí vamos a permanecer a nuevo aviso.

Le dije que llevaríamos los víveres ante la autoridad, porque creíamos que eran los más indicados para hacerlo y me deseó lo mejor y me fui. Parecía que en verdad sus almas trataban de buscar el mejor refugio y que su cuerpo estaba ahí tratando de moverse y de mover algo.

Cruzamos el cerro y miramos dos espacios más de refugio, que aun no sé si llamarle albergues, porque aún no reúne las condiciones y ahí al paso me repitieron: convence a tu familia que suba, ellos no se quieren salir, pero hay muchas casas ladeadas, y aquí abajo se fue el tanque de agua potable, ya no tenemos agua.

Y entonces anunciaron en la radio que no pasaba más, que la gente se tranquilizara, que ya salió el sol y eso es bueno, que ya no ha estado lloviendo, que tranquilicen a sus familiares quienes han podido hablar con ellos. Que no pasa más y que sólo está aumentando la grieta en el centro, que ayer era 3 cm y que hoy son 7 cm, por eso ellos ahora están en frente lo que alguna vez fue su instalación.

Entonces se escuchaba a la gente por la radio, diciendo: es que en Santa Cruz ya se cerró el camino, el apoyo no puede llegar a racho tejas, si pueden bajen caminando. Es que para donde sube la gente a refugiarse, del otro lado de la montaña, la que no se ve, está empezando a desgajarse el cerro, ahí por rancho mosca-metate. Es que la deviación Nejapa-Flores ya está derrumbándose. Se está quedando incomunicada la comunidad, qué vamos a hacer. Pero recuerdo que a mí me dijeron ¡No pasó nada, grave! Ojala que esta mentira muchas veces repetida, regresara las cosas a su normalidad.

Y en el centro ví mucha gente parada y muchos carros, haciendo qué, aun no lo sé porque como que ví, pero como que quería ver algo que no es posible ya ver. No se si se llama esperanza.

Estaban como 6 carros de los militares, ví a cerca de 30 soldados parados, casi que todos cuidando la grieta, pero no estaban apoyando a descargar las despensas que había traído la gente. Cuando la autoridad agraria me indicó que a ellos habría que pedirles el apoyo, y se los pedí y con toda la tranquilidad del mundo me dijeron: Si al rato lo vemos.

Pues sí con esa tranquilidad seguramente si podemos decir que no pasa nada, parados ahí cuidando una sola grieta, no nos permite mirar lo que está pasando alrededor, entonces creo que así si podemos decir que, no pasa nada.

Sólo dejé a los compas frente al municipio y empezamos a correr montaña abajo en busca de nuestra familia. Y justo donde se encuentra la vereda y la carretera estaban 6 personas, entre adultos, acianos y una mujer, estaban departiendo mezcal para pedir y ofrecer perdón a nuestra tierra, a nuestra forma de vida, al konk a las montañas, por las faltas que hemos y por la falta que otros han cometido y no hemos sabido respetarnos entre nosotros. Pedimos que cese el castigo, y que la lección la tenemos bien aprendida, con nuestra forma de vida no se juega.

Derramé tres gotas, tragué algo que me supo a agua, entonces medio entenderán como estaba, hoy como que pienso que ausente de mí misma. Di las gracias por el ofrecimiento, me dieron las gracias por haberles aceptado, me dijeron que eso esperan de nosotras y nosotros los jóvenes, que aprendamos a integrarnos, a convivir y a escuchar. Me despedí con respeto y seguimos corriendo rumbo a casa.

Ellos no nos alertaron de nada, ahí sólo los vi parados, no sé cuál era la misión de estar ahí, tampoco sé si era real lo que ví, lo que sé es lo que me dijeron. Pero justo al intentar pasar un arrollito que va rumbo al albergue, por el barrio tsenkutyum, oh alto. Se había ido el barranco, se borró la carretera y el lodazal aparentó algo lleno. Insistí que nos metiéramos pero mi sobrina me alertó que si queremos llegar con bien, nos regresemos, pero de pronto vimos que también estaba derrumbado el supuesto camino alterno, por tanto tuvimos que subir gateando a una media montaña.

Ente resbaladas, y golpes, llegamos a lo que creía la salvación, mirar otra carretera, y justo saliendo ahí, ahí estaba la otra grieta, que a medida que avanzamos seguía creciendo. Corriendo al fin llegamos a la casa de mi familia. Abrazos secos, el llanto al parecer también se había escapado. Poco tiempo tuvimos para intercambiar palabras, lo único que alcancé a decirles, vayan al albergue de ayá arriba. Subieron mis hermana y se quedó una porque sus niños son especiales, requieren de comida especial. Necesita moler la comida y en el refugio a donde van no hay luz.

Subieron quienes pudieron.

Y de nuevo mi estancia en el centro confirmaba una de mis hipótesis, hay muchos hombres tomados, no al grado de caerse, pero sí con algún grado de licor. Unos Más, otros menos. Entonces me quedé así sólo mirando. En el paso ví a muchas mujeres cargando su ayate, rumbo al albergue provisional, y a algunos hombres cargando las colchonetas que estaban empezando a repartir.

Entonces quise entender, si los hombres son quienes están bajando al centro, pues sí en el camino encuentran más alcohol, sólo quise entender una parte de lo que me tocó mirar. Mas estoy segura que no es la única verdad que existe, puedo suponer que es también para tratar de apaciguar la angustia o de animar la evidente depresión. Eso no lo sé.

Lo que pude alcanzar a ver en mi camino eran tiendas cerradas, me comentaron que ya no hay movilidad de dinero, la gente que tenía como fuente de ingreso la venta de productos agrícolas o de tamales o pulque, ya no podrían instalarse en la plaza a vender. El pueblo se ha paralizado. Pero esto es relativo. Hay unos que se quieren pasar de vivos y quieren entrar a casas ajenas a robar.

Mis ojos constataron que están pasando demasiadas cosas, la desgracia no está centrada en lo que la tv sólo nos quiere mostrar, o lo que a los ojos de los soldados alcanzan a ver. Al menos en todo el camino que anduve no vi a ninguno, todos están concentrados en el centro y ahí si parece que no pasa nada. Por eso quiero decirles que está pasando demasiado en mi pueblo, que la mayoría de la gente se ha salido de sus casas en busca de refugio, que todas las montañas están agrietadas, que al menos ví más de 3 deslaves al paso, del rumbo albergue, ahí donde no se ha enfocado los ojos de nadie que pueda emitir comunicación al exterior.

Por eso señalo: Sí se necesita el apoyo, porque esto apenas está empezando, qué va a comer la gente de los albergues. Desde donde lo vivo, la desgracia no sólo se debe mirar en número de muertos, sino en lo que deja ello, quienes quedan desamparados y qué pasa con todas y todos los que se quedan vivos.

El mantenimiento y la reconstrucción son tareas arduas. Por lo pronto el pueblo espera que cese la lluvia y si así no sucede, a dónde vamos a mandar a quienes viven en ese pueblo, ¿dónde es el lugar seguro? Por lo pronto las voces que alcancé a escuchar pidieron:

Agua embotellada

Multicontacto y extensiones o cables largos para instalar luz en los refugios.

Papel higiénico

Lámparas de mano

Baterías D para las lámparas

Recipientes medianos y grandes para hacer la comida

Galletas

Maseca

Comidas enlatadas.

Quiero aprovechar la ocasión para agradecer a todas y todos ustedes que han mostrado su apoyo solidario con mi pueblo, con mi familia y con mi persona, esa fortaleza que nos transmiten es la que nos mantiene en pie. Un reconocimiento a las comunidades mixes que aun en las condiciones de marginación siempre tienen algo que dar. A las comunidades circunvecinas mixes y a los que no están tan cerca, al pueblo de Oaxaca, a las colonias populares, a México, a los medios de comunicación que aún permanecen en el lugar de los hechos, y, a las ciudadanas y ciudadanos de otros Países que se han solidarizado con el Pueblo de Tlahuitoltepec.

Reciban el agradecimiento del pueblo y sus autoridades. Vamos a salir de ésta, porque aún queda mucho por hacer, mucho por compartir. Abrazos. Zenaida Pérez.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Con el corazón encogido

Una vez viví en un cuarto que me rentaban unos señores grandes, muy amables. En su casa, tenía muchos años trabajando en la limpieza una señora muy viejita, Doña Mary. Era una mujer muy linda y trabajadora, siempre feliz y amable. Recuerdo que le hablaba muy cariñosamente a Spike, el perro beagle también ya entrado en años, y eso me causaba mucha ternura. Me preocupaba que Doña Mary tuviera una labor tan pesada para su edad, pero al mismo tiempo me sentía bien de saber que, a sus años, tenía trabajo y con personas buenas que la trataban bien.

Hoy, sin embargo, pasó algo feo. Camino a una plaza comercial, vi a Doña Mary en un puente con su mano extendida, pidiendo limosna. Se me partió el alma en pedazos.

Todos los días vemos a gente pidiendo dinero en las calles. La mayor parte del tiempo las pasamos de largo y procuramos no dejar mucho tiempo nuestra atención en ellas, porque hacerlo constantemente, al menos para mí, sería insoportable. Es difícil pasar los días con el corazón encogido.

No conocemos nada sobre esas personas, no sabemos si tienen hijos o los tuvieron, si alguna vez estuvieron enamoradas o sufrieron por amor, si trabajaron arduamente o no; y creo que en el fondo, nadie (o casi nadie) quiere saberlo. Pero, ¿qué si conociste a una de esas personas?, ¿qué si era la conserje de tu primaria, el señor que vendía elotes en tu calle o la señora que vendía sus artesanías a contra esquina de tu escuela?, ¿qué si solía sonreírte todos los días y decirte “buenos días señorita”?

No sé cómo o en qué momento dejamos que la humanidad llegara a este punto donde algunos jóvenes se gastan hasta cinco mil pesos en el alcohol de una noche, mientras hay tantas personas a quienes, como a Doña Mary, la pobreza, la edad y el hambre las lleva a pedir dinero en las calles.

Y yo, lo único que pude hacer por ella, fue llorar y escribir en este blog.

Algo tengo que hacer…

jueves, 9 de septiembre de 2010

Se me perdió uno de estos (si lo encuentra, favor de reportarlo)

Hace algunos años dos amigas/roomies y yo hicimos esta fabulosa enumeración sobre nuestro hombre perfecto. Dicha lista se titulaba igual que este post. Me causa gracia sobre todo la parte que aparece entre paréntesis, JA, ya parece que si alguien lo encontraba lo iba a reportar.

Sé lo que pensarán (sobre todo los hombres) después de leerlo, y por eso previamente les digo: pues sí, ¿qué esperaban?, por eso es perfecto.

Aunque si lo pienso bien me da flojera tener un “hombre perfecto” (considerando además los estándares de drama que reclama mi vida), la cosa es que aunque algunos (pocos) de los puntos no aplican (o ya no aplican) en mi caso, la mayoría de ellos siguen teniendo mucho sentido. Quizá de todo, lo más difícil sea cumplir el requerimiento de la Nota importante.

Aclaro, se los dejo para que se diviertan, no es mi intención ofender a nadie, así que no lloren ¿va?

Nota: El orden no influye la importancia de cada punto.

  1. Me ama
  2. Es pasional y sensible
  3. No me subestima y no me juzga constantemente
  4. Es bueno comunicándose
  5. No tiene pelos en la espalda
  6. Tenemos “río semántico” (para mayor referencia, leer La insoportable levedad del ser de Milán Kundera)
  7. Tenemos las mismas prioridades en cuestión de creencias y convicciones
  8. Ya superó su etapa de drogadicto, alcohólico, prostitutas y tables, o bien nunca la tuvo (mejor)
  9. No tiene alcoholismo crónico, ni fuma como chimenea
  10. No es MANIÁTICO sexual
  11. No es obeso
  12. No tiene mal aliento
  13. Ama DORMIR conmigo
  14. Comparte gustos musicales, si es MÚSICO mejor
  15. No es MACHO (pro feminismo)
  16. Le gustan los niños
  17. Amará a sus hijos
  18. No maltrata a los ancianos
  19. Le gusta cocinar
  20. No le gusta cazar animales
  21. No le gusta el fútbol
  22. Respeta mis creencias
  23. Conoce mis necesidades
  24. Se va cuando no lo quiero ver
  25. No es un CHICLE
  26. Si tiene carro, mejor
  27. Tiene bonita sonrisa
  28. Es SUPER SEGURO de sí mismo, pero NO AUTORITARIO
  29. No me quiere convertir en su mamá
  30. No tiene mamitis aguda
  31. Es masculino y seguro de masculinidad
  32. Me mata con su mirada
  33. No le teme a los insectos, especialmente cucarachas
  34. No es egoísta en el sexo
  35. Es alto
  36. Tiene manos grandes y espalda varonil
  37. Trata con dignidad a la gente y NO es PREJUICIOSO
  38. Es gracioso y tiene un mega sentido del humor
  39. Yo soy el sol de su sistema solar, sin ser chicle
  40. No es exhibicionista
  41. Le encanta leer
  42. Le encanta el arte
  43. Cuida la naturaleza
  44. No sale todos los fines de semana a los antros
  45. Le gusta el té y el café
  46. Es sumamente romántico y TIENE TALENTO PARA ELLO (no es cursi)
  47. Se acuerda de las fechas importantes y las celebra
  48. Es detallista
  49. Es creativo
  50. Es inteligente (racional y emocionalmente)
  51. Usa lentes, pero no está muy CIEGO
  52. Es sexy en todos los sentidos
  53. No le da miedo decir “te amo”
  54. Es bueno en el sexo (ver no. 32)
  55. Se lleva bien con mi familia y sus papás y hermanos piensan que soy lo mejor que le ha pasado
  56. Le gusta viajar y más aún conmigo
  57. Le gusta la soledad y se da su lugar
  58. No me dejar hacer berrinches, y me trata como una adulta, es decir no como retrasada mental o lisiada
  59. Me deja bailar como quiero y le gusta bailar (lo hace bien)
  60. Me deja tomar mis propias decisiones
  61. No me dice “mami”, ni “grandota”, ni cualquier otro apodo ridículo y/o vulgar
  62. No se echa pedos, ni eructa o escupe frente de mí
  63. Nunca se le olvida que yo no soy su chacha, sino el amor de su vida
  64. No es celoso, ni agresivo, ni tiene complejo de padre
  65. Me enseña y aprende de mí
  66. Le gusta ir al cine, a cafés, y actividades artísticas
  67. No enseña su raya trasera, ni le gusta usar tangas
  68. Tiene buenos amigos, que no son unos machos asquerosos
  69. Le baja al baño y baja la tapa del escusado
  70. No tiene pelos saliendo de sus fosas nasales y oídos
  71. Recoge sus pelos del baño
  72. Se baña mínimo un día sí y uno no
  73. Le gusta ir a conciertos
  74. No ve pornografía
  75. NO me dice GÜEY
  76. No es delicado en demasía
  77. Él limpia sus marranadas y ayuda en los quehaceres de la casa
  78. Le gusta lavar platos
  79. Es sumamente coqueto
  80. Regala flores, pero no monótonamente
  81. Huele bien
  82. Tiene el dinero suficiente para no morirnos de hambre
  83. Es sumamente guapo, pero no niño fresita y afeminado
  84. No se la vive rascándose su paquete, y menos en público
  85. Es humilde
  86. Es honesto y trabajador
  87. Es leal, fiel en las relaciones, y es humanitario
  88. Es juguetón
  89. Ya leyó La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera, y le encantó.
  90. No ronca
  91. Está de acuerdo en que cada uno tenga su espacio en la casa , y no rompe el pacto de privacidad
  92. No se hace el pendejo
  93. Habla varios idiomas
  94. Tiene errores, pero los acepta y aprende de ellos
  95. Le gusta comer lo mismo que a mí
  96. Tiene bonita letra
  97. Es bueno expresando sus sentimientos
  98. Es seguro de lo que siente y piensa
  99. Sabe dar buenos masajes, cosquillitas, piojito y caricias; además le gusta recibirlos
  100. Acepta que en el sexo cuando digo no es no, y no me reprocha al respecto, ni se hace el mártir.
  101. No cuenta las cosas íntimas a sus amigos
  102. Es prudente y puntual (no me deja plantada)
  103. No es un mural humano, o sea no está lleno de tatuajes
  104. No tiene perforaciones
  105. Tiene nombre y apellidos bonitos
  106. Los regalos que me da son personales, no del hogar y me gustan
  107. Está dispuesto a gastar en mí
  108. Sueña
  109. Es perseverante
  110. Sabe delegar responsabilidades
  111. No es narcisista

NOTA IMPORTANTE: EXISTE

miércoles, 8 de septiembre de 2010

En el campo de guerra, todos somos potenciales enemigos

Mucha gente opina sobre este tema. En los periódicos, la radio y la televisión se discute si el ejército debiera o no ser juzgado por disparar a una familia y matar a dos de sus integrantes tras pasarse un retén.

Que si esta institución es la única en México que respeta órdenes, que si los derechos humanos de los ciudadanos deben ser defendidos ante cualquier circunstancia, que arriesgan su vida todos los días y ante cualquier sospecha de enemigo, tienen o no derecho a defenderse sin previo ataque de sus supuestos contrincantes.

Entre todo este asunto, a mí, lo que más me ha sorprendido, son algunas opiniones de los civiles en las páginas web de los periódicos. No las típicas dudas respecto a por qué el conductor aceleró, o que de no haber sido narco se hubiera detenido, etc., sino comentarios como “mi apoyo INCONDICIONAL al ejército, ellos se lo buscaron por no respetar las señales”, o “mátenlos como perros” (refiriéndose a sicarios muertos).

Yo recuerdo que antes, cuando veíamos armas sólo en las películas o caricaturas, lo más preciado para las personas era la vida humana (a veces incluso malamente). Los derechos humanos eran la ley de leyes y eso incluía la libertad de no ser asesinados por acelerar tu auto o desobedecer la señal de alguna autoridad.

Ahora los mexicanos se enfurecen por ver una caricatura de su bandera baleada, pero dan su aprobación y apoyo al asesinato de un chico de 15 años y su padre, por el supuesto de que ellos, junto con su familia, eran narcos. Así es, tanto el matrimonio joven (cuyo esposo era el conductor), los padres de la chica, el joven de 15 años y los niños de 8 y 9 años, podían ser horribles traficantes de narcos. ¿O será que el ser familiar de un presunto criminal te hace merecer morir “como perro”? La indignación de un pueblo está puesta en las balas que aparecen sobre un símbolo, pero no sobre un adolescente y su padre (que cabe destacar, no era quien conducía el auto que no se detuvo).

Corro el riesgo de ser linchada si opino que, incluso los criminales, son personas cuyas difíciles circunstancias de vida, errores, situaciones traumáticas y malas decisiones, los llevaron hasta donde están. Una justificación no es, pero sí una realidad.

Hoy me asomé de paso a la sección de Seguridad Pública del periódico. Las cabezas de las notas decían: “Asesina a vecina tras discusión”, “Lo asesina a golpes en un minisúper”, “Encuentran un acuchillado en un auto”. La gente está enojada, sedienta de sangre, no cree en otro tipo de justicia que no sea la muerte y se ha convertido en lo mismo que buscaba evitar; reclama muertes a sangre fría, justifica asesinatos de inocentes y vanagloria a sus causantes por ser “los buenos” de la novela policíaca.

Lo cierto es que el ejército actúa en las calles como si éstas fueran el campo de guerra y ahora todos los que vivimos en ellas somos potenciales enemigos. La verdad es que ahora debemos temer a los malos, a los buenos y nosotros mismos, por la posibilidad de parecer malos y morir al instante, sin la oportunidad de explicar nuestros errores.

Ahora quieren hacer un “manual del ciudadano” para que aprendamos a comportarnos ante las señales de las autoridades. Me pregunto si en ese documento se especificará algo como “de no respetar estas indicaciones, lo más probables es que mueras ametrallado”. ¿O será que cuando un incidente igual vuelva a suceder, el “manual del ciudadano” fungirá como justificación para decir, como quienes opinan en los blogs: “ellos se lo buscaron por no respetar las señales, tan claras ahí, en ese papel"?

¡Fuera el ejército de las calles!..

lunes, 9 de agosto de 2010

Para sus 57

No deja de sorprenderme todas las cosas a las que los padres se enfrentan por sus hijos, grandes o pequeñas y aunque muchas veces ellos no lo sepan y nosotros menos, tenemos la fortuna de que algunas se queden en nuestra vida por un largo tiempo. Yo tengo una historia cuya imagen, en mi opinión, habla por sí sola:

Hasta antes de la preparatoria, cursé mis estudios en escuelas públicas, lo que siempre me ha hecho muy feliz pero poco bilingüe. Cuando me convertí en estudiante del sistema privado, la mayoría de mis compañeros tenían un nivel de inglés más alto que el mío. Para acabar pronto, yo no sabía más que las palabras y frases básicas, cada una regada por su lado y sin la capacidad de formar una conversación decente. Por alguna extraña razón el examen de diagnóstico me colocó en el nivel dos del idioma, pero a veces las tareas de mi clase sobrepasaban mi conocimiento y era frustrante.

Una ocasión tuve que leer un libro corto y simple que para mí era una odisea. Me dirigí entonces hacia la única persona que yo sabía que entendía inglés y que estaba dispuesta a ayudarme minuciosamente: mi papá.

La verdad (hasta ahora que veo hacia atrás me doy cuenta) es que, aunque claramente él sabía más inglés que yo, su conocimiento al respecto tampoco era mucho mayor al mío en aquél entonces y sí menor al que tengo ahora (que tampoco es la gran cosa). A pesar de esto recuerdo que tomó un diccionario inglés-español y se sentó a mi lado hasta que entrada la noche terminamos de descifrar el contenido de la historia. Muchas palabras él no las sabía, yo no sabía la mayoría. Duramos horas desmenuzando un libro que hoy podría leer en una, pero terminamos.

Seguido en mis días recuerdo esta historia y se me hace un nudo en la garganta. Me siento orgullosa y feliz de tener los padres que tengo; de que con todas las herramientas que han tenido a su alcance y a veces también las que no, siempre han estado ahí, sentados a mi lado con un diccionario que nos ayuda juntos a descifrar mi vida.

Muchas gracias por todo tu amor papá, eres parte esencial de mi crecimiento como profesionista y como ser humano. Feliz cumpleaños.

lunes, 19 de julio de 2010

Fortuito y afortunado encuentro =)

Hace algunos años descubrí gracias a la siguiente imagen (y luego mi búsqueda en Youtube) la relación entre Kevin Johansen y Liniers. Años antes de eso yo ya los amaba a ambos, así que esta fue una sorpresa muy bonita y feliz. Me encanta cuando me toca ser testigo de la mezcla entre ficción y realidad. Se los comparto:



A partir del minuto 1:23

miércoles, 14 de julio de 2010

This is my poker face

Los martes de póquer son de las mejores cosas que me han pasado este año. Escribo esto en el contexto de mi primer triunfo como ganadora del lugar uno (luego de mucho tiempo), justo un martes 13, pero no por esa razón.

Lo cierto es que nunca imaginé que un juego de apuestas que llega a destruir familias, ocasionar bancarrota y crear adicción, me dejaría tantos buenos frutos. No digo que no me haya ocasionado también los malos, prueba de ello es el dicho popular en mi familia que reza “no le hables a Adriana los martes en la noche”, los -1,050 pesos en el bolsillo de alguno de mis compañeros, o el destino augurado a aquél que se volverá loco esperándonos sentado en su mesa todos los martes. Sin embargo, no puedo dejar de destacar que tras mi sedentarismo como lesionada en grado uno, reírme de y con ustedes, ha sido de mis mejores formas de quemar calorías. Incluso, algún estudio afirma que gracias a ustedes tengo buena digestión, un escudo contra las alergias, menor riesgo cardiovascular y un sistema inmune bien matón, ¡ámonoooos!

La primera vez que fui partícipe real de la noches de póquer me encontraba entre puro muchacho guapo (y medio vulgar), apenada de mi escote, de mi forma lenta de repartir y del acordeón que me soplaba cuál era la mano ganadora. Los muchachos guapos siguen (cada vez más vulgares), los escotes de vez en cuando y la lentitud frecuentemente, pero el acordeón pasó de un papel a un celular, luego al cuadro de una sala y por fin a mi cabeza.

Ahora somos ya tres chicas lindas (a veces cuatro o hasta cinco) que gustamos de patear traseros, alburear, y a nuestra manera muy femenina, retar a nuestros contrincantes (¿y eso qué weeeey?). Aunque seguimos siendo las consen (creo), afortunadamente ya no contamos con la consideración de nuestros compañeros en aquel pensamiento oculto y compasivo de “es mujer, denle chance”.

Martes y siempre martes. Debo decir que algunos miércoles he sentido que no sobreviviré; también que he sido testigo de la caída de mis neuronas como hojas de árbol en otoño, gracias a algunas desveladas hasta las cuatro, cinco e incluso seis de la mañana. Esa tortura, sin embargo, ha valido siempre la pena. Los gritos por manos que no se pueden creer, las frases célebres, los temas de discusión, las canciones y las manos favoritas ;-), los eventos magnos, las chelas ingeridas, las alegrías de unos y los sufrimientos de otros, son cosas que me hacen no querer dormir.

He pasado del “no, gracias” y del “sí, por favor” al grito frustrado de “me lleva la chingadaaa” y al siempre sorpresivo “aaay cabrón”. He tenido alrededor de cinco celulares y una cartera (llámese también pompi postiza) a mi lado, fungiendo como amuletos. He ido del “Samantha” al “mami”, del "Gabriel" al “nene”, del "Berny" al “flaco”, del “Carlos” al “vampi”, del "Horta" a “Elhorta”, del “¿esa mona qué?” al “Lenteja”, y del “Maldo” al “pinche Maldo”, cantidad incontable de ocasiones. Me han dicho “Adriana”, “Ado”, “nenita”, “mija”, "pinche vieja loca" y “pinche maricón”, otras tantas.

Dentro de dos semanas, la noche del martes se convertirá en la madrugada del miércoles 28 de julio, y con gusto anuncio que ese día cumpliré un año de participar en las noches de póquer (¿escuché entrada gratis?). Temo tornar cursi este post, pero debo decir que sin duda han sido ustedes, mis amigos, lo mejor de esta experiencia; los culpables de que los insípidos martes (que no son ni inicio, ni mitad, ni final de semana), se hayan convertido en LOS martes; a quienes les cedo con gusto mis 50 pesos una vez cada semana; y quienes me han enseñado a reírme aunque pierda, calcular estadísticas de juego, y leer caras y estrategias ajenas. Gracias chicos y chicas, me han dado ustedes, puros martes de felicidá.




martes, 6 de julio de 2010

Apoyo a damnificados del Huracán Álex

No puedo decir más de lo que las noticias y las imágenes dicen ya. Estas cosas nos recuerdan lo frágiles que somos, pero bueno, unidos somos más fuertes. Les paso información sobre los centros de acopio en Nuevo León y una cuenta para depósitos en efectivo, por si quieren apoyar. También hacen falta manos en las colonias afectadas, por si alguno prefiere esta opción.

Apoya con:
  • Agua embotellada
  • Pañales para niños y adultos
  • Alimentos enlatados y abrelatas
  • Leche en polvo o tetra pack
  • Cobertores
  • Alimentos no perecederos
  • Utensilios desechables y servilletas
  • Productos de limpieza: detergente en polvo, bolsas de plástico, cloro, trapos, cubetas, y escobas
  • Artículos de higiene personal, jabón, papel del baño, toallas sanitarias, y cepillos de dientes

Centros de acopio

  • Oficinas Generales DIF Nuevo León
    Ave. Morones Prieto 600 Oriente
    Colonia Independencia
    Monterrey, Nuevo León
    Teléfonos (81) 2020-8400, 2020-8412, 2020-8308
    Horario de 9:00 a 19:00 horas
  • Almacén General DIF Nuevo León
    Aquiles Serdán 411 Sur
    Col. Buenos Aires
    Monterrey, Nuevo León
    Tel. (81) 2020-8716
  • DIF Municipales de Nuevo León

    Consulta el directorio de centros de acopio por región

  • Secretaría de Desarrollo Social
    Av. Churubusco 495 Norte
    Colonia Fierro
    Monterrey, Nuevo León
    Tel. (81) 2020-2181
  • Secretaría de Desarrollo Social
    Granado 403- A
    Colonia Coyoacán frente a Clínica Pemex
    Tel. (81) 2020-9262
  • Manos de Nuevo León
    Galeana y Diego de Montemayor
    Colonia Palo Blanco
    San Pedro Garza García
    Tel. (81) 2020-8399
    Horario de 9:00 a 20:00 horas
  • Centro de Bienestar Social Valle Verde (DIF NL)
    Níspero y Ciruelo
    Col. Valle Verde 1er. sector
    Monterrey, Nuevo León
    Tel. (81) 2020-8752
  • Estancia de Desarrollo Infantil Guadalupe (DIF NL)
    Serafín Peña y Pablo Livas
    Col. Guadalupe Victoria
    Guadalupe, Nuevo León
    Tel. (81) 2020-8757
  • Centro Estatal de Rehabilitación y Educación Especial (CREE)
    Lázaro Cárdenas 3701
    Col. Valle de las Brisas
    Monterrey, Nuevo León
    Teléfonos (81) 2020-8012 y 2020-8013
  • Cruz Roja
    Av. Alfonso Reyes 2503
    Colonia del Prado
    Monterrey, Nuevo León
    Tel. (81) 8375-1212
    Horario de 8:00 a 18:00 horas
  • Cáritas de Monterrey
    Francisco G. Sada 2810 Poniente
    Colonia Deportivo Obispado
    Monterrey, Nuevo León
    Tel. (81) 1340-2000

Depósitos en efectivo

  • Banorte
    Cuenta Número: 19
    Cuenta Banorte Cruz Roja Número: 0000000065