lunes, 20 de septiembre de 2010

Con el corazón encogido

Una vez viví en un cuarto que me rentaban unos señores grandes, muy amables. En su casa, tenía muchos años trabajando en la limpieza una señora muy viejita, Doña Mary. Era una mujer muy linda y trabajadora, siempre feliz y amable. Recuerdo que le hablaba muy cariñosamente a Spike, el perro beagle también ya entrado en años, y eso me causaba mucha ternura. Me preocupaba que Doña Mary tuviera una labor tan pesada para su edad, pero al mismo tiempo me sentía bien de saber que, a sus años, tenía trabajo y con personas buenas que la trataban bien.

Hoy, sin embargo, pasó algo feo. Camino a una plaza comercial, vi a Doña Mary en un puente con su mano extendida, pidiendo limosna. Se me partió el alma en pedazos.

Todos los días vemos a gente pidiendo dinero en las calles. La mayor parte del tiempo las pasamos de largo y procuramos no dejar mucho tiempo nuestra atención en ellas, porque hacerlo constantemente, al menos para mí, sería insoportable. Es difícil pasar los días con el corazón encogido.

No conocemos nada sobre esas personas, no sabemos si tienen hijos o los tuvieron, si alguna vez estuvieron enamoradas o sufrieron por amor, si trabajaron arduamente o no; y creo que en el fondo, nadie (o casi nadie) quiere saberlo. Pero, ¿qué si conociste a una de esas personas?, ¿qué si era la conserje de tu primaria, el señor que vendía elotes en tu calle o la señora que vendía sus artesanías a contra esquina de tu escuela?, ¿qué si solía sonreírte todos los días y decirte “buenos días señorita”?

No sé cómo o en qué momento dejamos que la humanidad llegara a este punto donde algunos jóvenes se gastan hasta cinco mil pesos en el alcohol de una noche, mientras hay tantas personas a quienes, como a Doña Mary, la pobreza, la edad y el hambre las lleva a pedir dinero en las calles.

Y yo, lo único que pude hacer por ella, fue llorar y escribir en este blog.

Algo tengo que hacer…

jueves, 9 de septiembre de 2010

Se me perdió uno de estos (si lo encuentra, favor de reportarlo)

Hace algunos años dos amigas/roomies y yo hicimos esta fabulosa enumeración sobre nuestro hombre perfecto. Dicha lista se titulaba igual que este post. Me causa gracia sobre todo la parte que aparece entre paréntesis, JA, ya parece que si alguien lo encontraba lo iba a reportar.

Sé lo que pensarán (sobre todo los hombres) después de leerlo, y por eso previamente les digo: pues sí, ¿qué esperaban?, por eso es perfecto.

Aunque si lo pienso bien me da flojera tener un “hombre perfecto” (considerando además los estándares de drama que reclama mi vida), la cosa es que aunque algunos (pocos) de los puntos no aplican (o ya no aplican) en mi caso, la mayoría de ellos siguen teniendo mucho sentido. Quizá de todo, lo más difícil sea cumplir el requerimiento de la Nota importante.

Aclaro, se los dejo para que se diviertan, no es mi intención ofender a nadie, así que no lloren ¿va?

Nota: El orden no influye la importancia de cada punto.

  1. Me ama
  2. Es pasional y sensible
  3. No me subestima y no me juzga constantemente
  4. Es bueno comunicándose
  5. No tiene pelos en la espalda
  6. Tenemos “río semántico” (para mayor referencia, leer La insoportable levedad del ser de Milán Kundera)
  7. Tenemos las mismas prioridades en cuestión de creencias y convicciones
  8. Ya superó su etapa de drogadicto, alcohólico, prostitutas y tables, o bien nunca la tuvo (mejor)
  9. No tiene alcoholismo crónico, ni fuma como chimenea
  10. No es MANIÁTICO sexual
  11. No es obeso
  12. No tiene mal aliento
  13. Ama DORMIR conmigo
  14. Comparte gustos musicales, si es MÚSICO mejor
  15. No es MACHO (pro feminismo)
  16. Le gustan los niños
  17. Amará a sus hijos
  18. No maltrata a los ancianos
  19. Le gusta cocinar
  20. No le gusta cazar animales
  21. No le gusta el fútbol
  22. Respeta mis creencias
  23. Conoce mis necesidades
  24. Se va cuando no lo quiero ver
  25. No es un CHICLE
  26. Si tiene carro, mejor
  27. Tiene bonita sonrisa
  28. Es SUPER SEGURO de sí mismo, pero NO AUTORITARIO
  29. No me quiere convertir en su mamá
  30. No tiene mamitis aguda
  31. Es masculino y seguro de masculinidad
  32. Me mata con su mirada
  33. No le teme a los insectos, especialmente cucarachas
  34. No es egoísta en el sexo
  35. Es alto
  36. Tiene manos grandes y espalda varonil
  37. Trata con dignidad a la gente y NO es PREJUICIOSO
  38. Es gracioso y tiene un mega sentido del humor
  39. Yo soy el sol de su sistema solar, sin ser chicle
  40. No es exhibicionista
  41. Le encanta leer
  42. Le encanta el arte
  43. Cuida la naturaleza
  44. No sale todos los fines de semana a los antros
  45. Le gusta el té y el café
  46. Es sumamente romántico y TIENE TALENTO PARA ELLO (no es cursi)
  47. Se acuerda de las fechas importantes y las celebra
  48. Es detallista
  49. Es creativo
  50. Es inteligente (racional y emocionalmente)
  51. Usa lentes, pero no está muy CIEGO
  52. Es sexy en todos los sentidos
  53. No le da miedo decir “te amo”
  54. Es bueno en el sexo (ver no. 32)
  55. Se lleva bien con mi familia y sus papás y hermanos piensan que soy lo mejor que le ha pasado
  56. Le gusta viajar y más aún conmigo
  57. Le gusta la soledad y se da su lugar
  58. No me dejar hacer berrinches, y me trata como una adulta, es decir no como retrasada mental o lisiada
  59. Me deja bailar como quiero y le gusta bailar (lo hace bien)
  60. Me deja tomar mis propias decisiones
  61. No me dice “mami”, ni “grandota”, ni cualquier otro apodo ridículo y/o vulgar
  62. No se echa pedos, ni eructa o escupe frente de mí
  63. Nunca se le olvida que yo no soy su chacha, sino el amor de su vida
  64. No es celoso, ni agresivo, ni tiene complejo de padre
  65. Me enseña y aprende de mí
  66. Le gusta ir al cine, a cafés, y actividades artísticas
  67. No enseña su raya trasera, ni le gusta usar tangas
  68. Tiene buenos amigos, que no son unos machos asquerosos
  69. Le baja al baño y baja la tapa del escusado
  70. No tiene pelos saliendo de sus fosas nasales y oídos
  71. Recoge sus pelos del baño
  72. Se baña mínimo un día sí y uno no
  73. Le gusta ir a conciertos
  74. No ve pornografía
  75. NO me dice GÜEY
  76. No es delicado en demasía
  77. Él limpia sus marranadas y ayuda en los quehaceres de la casa
  78. Le gusta lavar platos
  79. Es sumamente coqueto
  80. Regala flores, pero no monótonamente
  81. Huele bien
  82. Tiene el dinero suficiente para no morirnos de hambre
  83. Es sumamente guapo, pero no niño fresita y afeminado
  84. No se la vive rascándose su paquete, y menos en público
  85. Es humilde
  86. Es honesto y trabajador
  87. Es leal, fiel en las relaciones, y es humanitario
  88. Es juguetón
  89. Ya leyó La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera, y le encantó.
  90. No ronca
  91. Está de acuerdo en que cada uno tenga su espacio en la casa , y no rompe el pacto de privacidad
  92. No se hace el pendejo
  93. Habla varios idiomas
  94. Tiene errores, pero los acepta y aprende de ellos
  95. Le gusta comer lo mismo que a mí
  96. Tiene bonita letra
  97. Es bueno expresando sus sentimientos
  98. Es seguro de lo que siente y piensa
  99. Sabe dar buenos masajes, cosquillitas, piojito y caricias; además le gusta recibirlos
  100. Acepta que en el sexo cuando digo no es no, y no me reprocha al respecto, ni se hace el mártir.
  101. No cuenta las cosas íntimas a sus amigos
  102. Es prudente y puntual (no me deja plantada)
  103. No es un mural humano, o sea no está lleno de tatuajes
  104. No tiene perforaciones
  105. Tiene nombre y apellidos bonitos
  106. Los regalos que me da son personales, no del hogar y me gustan
  107. Está dispuesto a gastar en mí
  108. Sueña
  109. Es perseverante
  110. Sabe delegar responsabilidades
  111. No es narcisista

NOTA IMPORTANTE: EXISTE

miércoles, 8 de septiembre de 2010

En el campo de guerra, todos somos potenciales enemigos

Mucha gente opina sobre este tema. En los periódicos, la radio y la televisión se discute si el ejército debiera o no ser juzgado por disparar a una familia y matar a dos de sus integrantes tras pasarse un retén.

Que si esta institución es la única en México que respeta órdenes, que si los derechos humanos de los ciudadanos deben ser defendidos ante cualquier circunstancia, que arriesgan su vida todos los días y ante cualquier sospecha de enemigo, tienen o no derecho a defenderse sin previo ataque de sus supuestos contrincantes.

Entre todo este asunto, a mí, lo que más me ha sorprendido, son algunas opiniones de los civiles en las páginas web de los periódicos. No las típicas dudas respecto a por qué el conductor aceleró, o que de no haber sido narco se hubiera detenido, etc., sino comentarios como “mi apoyo INCONDICIONAL al ejército, ellos se lo buscaron por no respetar las señales”, o “mátenlos como perros” (refiriéndose a sicarios muertos).

Yo recuerdo que antes, cuando veíamos armas sólo en las películas o caricaturas, lo más preciado para las personas era la vida humana (a veces incluso malamente). Los derechos humanos eran la ley de leyes y eso incluía la libertad de no ser asesinados por acelerar tu auto o desobedecer la señal de alguna autoridad.

Ahora los mexicanos se enfurecen por ver una caricatura de su bandera baleada, pero dan su aprobación y apoyo al asesinato de un chico de 15 años y su padre, por el supuesto de que ellos, junto con su familia, eran narcos. Así es, tanto el matrimonio joven (cuyo esposo era el conductor), los padres de la chica, el joven de 15 años y los niños de 8 y 9 años, podían ser horribles traficantes de narcos. ¿O será que el ser familiar de un presunto criminal te hace merecer morir “como perro”? La indignación de un pueblo está puesta en las balas que aparecen sobre un símbolo, pero no sobre un adolescente y su padre (que cabe destacar, no era quien conducía el auto que no se detuvo).

Corro el riesgo de ser linchada si opino que, incluso los criminales, son personas cuyas difíciles circunstancias de vida, errores, situaciones traumáticas y malas decisiones, los llevaron hasta donde están. Una justificación no es, pero sí una realidad.

Hoy me asomé de paso a la sección de Seguridad Pública del periódico. Las cabezas de las notas decían: “Asesina a vecina tras discusión”, “Lo asesina a golpes en un minisúper”, “Encuentran un acuchillado en un auto”. La gente está enojada, sedienta de sangre, no cree en otro tipo de justicia que no sea la muerte y se ha convertido en lo mismo que buscaba evitar; reclama muertes a sangre fría, justifica asesinatos de inocentes y vanagloria a sus causantes por ser “los buenos” de la novela policíaca.

Lo cierto es que el ejército actúa en las calles como si éstas fueran el campo de guerra y ahora todos los que vivimos en ellas somos potenciales enemigos. La verdad es que ahora debemos temer a los malos, a los buenos y nosotros mismos, por la posibilidad de parecer malos y morir al instante, sin la oportunidad de explicar nuestros errores.

Ahora quieren hacer un “manual del ciudadano” para que aprendamos a comportarnos ante las señales de las autoridades. Me pregunto si en ese documento se especificará algo como “de no respetar estas indicaciones, lo más probables es que mueras ametrallado”. ¿O será que cuando un incidente igual vuelva a suceder, el “manual del ciudadano” fungirá como justificación para decir, como quienes opinan en los blogs: “ellos se lo buscaron por no respetar las señales, tan claras ahí, en ese papel"?

¡Fuera el ejército de las calles!..